domingo, 13 de marzo de 2022

El juego de azar y nos negocios.

Vivir de los juegos de azar no es más difícil que conseguirlo de cualquier otro negocio. 

Hay quien establece una diferencia clara entre lo que es un negocio como montar una zapatería o tienda de alimentación, y el hecho de dedicarse al juego de azar.

En mi opinión en todos los casos existe un riesgo, y es que no tenemos control sobre el futuro de las cosas.

Si montas una tienda de cualquier cosa, o te dedicas a una profesión liberal como abogado o fontanero, nadie te puede garantizar que tendrás clientes que te compren la mercancías, bien sea esta un producto o un servicio. Tú puedes crearte las mil y unas expectativas sobre lo bien que te irá, pero todo depende de cómo responda el público, y sobre todo del grado de confianza que les des. Siempre estarás jugando con futuribles imposibles de predecir.

De otro lado tenemos los juego de azar, todo un mundo de ilusión que te ofrece grandes ingresos aplicando el mínimo esfuerzo. ¿A quien no le gusta eso?. Efectivamente en el juego de azar todo consiste en invertir una cantidad de dinero con la esperanza de retornar más del que invertiste.

Dicho así suena fantástico. Igual que cualquier otro negocio, donde realizas una inversión de X dinero con la esperanza de retornar un X + n, donde "n" sería el margen de beneficio.

Pero si todos los negocios, estos últimos y los primeros, si consistieran en algo tan sencillo como invertir y sentarse a esperar a ver como crece, como los panes y los peces de Jesucristo, pues todo el mundo se dedicaría a ellos, y no a una jornada laboral de ocho horas aguantando al trabajo, los compañeros y al jefe.

Vivir del juego de azar es complicado pero no imposible. Todo es cuestión de encontrar un sistema que te ayude a conseguirlo. Y cuando me refiero al negocio de azar estoy hablando de los tres grandes grupos:

- Los juegos de casino (ruleta, cartas, dados, tragaperras, póker, etc...)

- Las apuestas deportivas.

- La Bolsa y productos derivados cuya rentabilidad se basa en la especulación en los mercados de intercambio bursátil.

De los tres citados quizás el más peligros de todos sea La Bolsa, porque a diferencia de los otros dos cuenta con el beneplácito de las instituciones, la mejor prensa y viene siendo definida como una fórmula de ahorro, cuando en realidad suele ser una fórmula de ruina en la mayoría de los casos.

La Bolsa es el juego de azar con menor rentabilidad de todos cuanto existen porque las elevadas comisiones que te cobran los bróker y el propio Estado (véase la Tasa Tobin) obligan al inversor a emplear grandes cantidades de dinero. Y si esto fuera poco, además suele tener una rentabilidad no superior al 20% en el medio y largo plazo. Y eso cuando la tiene, ya que en la mayoría de casos la inversión termina con pérdidas más o menos cuantiosas.

Por contra las apuestas deportivas y los juegos de casino llevan una comisión implícita en el juego mismo, con lo que el inversor puede participar en ellos empleando cantidades mínimas. Y además es mucho más diversa en cuanto a retorno de ganancias ya que dependiendo del grado de riesgo que quieras correr puedes obtener retornos muy superiores al 100% de la inversión. 

Por poner un ejemplo sobre esto, en la ruleta la apuesta a color se paga a cuota @2,00 con lo que si ganas obtienes el doble de lo invertido. Y estamos hablando de la apuesta mejor de cuantas dispone este juego. Respecto a las apuestas deportivas puedes obtener desde rentabilidades pírricas del 5% (cuota @1,05) hasta retornos del 1000% e incluso superiores. Tal es el caso de una cuota @10,00 con la cual retornas diez veces la cantidad apostada.

Así que tras todo lo dicho cuando te digan por ahí que el juego de casino o las apuestas deportivas es cosa de viciosos, y gente que no sabe dónde se está metiendo, puedes responderles que no todos los que se meten ahí lo hacen de manera anárquica, con desconocimiento de lo que están haciendo y con un peligro inminente de ruina.

Porque en todos los negocios hay gente que se mete sin saber o sin talento para los mismos. Pero esta no tiene por qué ser una regla general. De la misma forma que existen vendedores de inmuebles que triunfan, aunque sea uno entre miles, existen también triunfadores de los juegos de azar y casino. Y no digamos de póker, y si no que se lo digan al buen amigo de Adrián Mateos, que sólo en el año 2013 ganó la bonita suma de un millón de euros jugando a las cartas. 

Pero ¿Todos pueden ser Adrián Mateos? pues no, porque no es sólo cuestión de esfuerzo sino de talento. Seguramente ese señor verá la realidad del póker amueblada en su cerebro de una forma que cualquier otro no vería ni recibiendo varios cursillos. Este es un principio extensible al resto de juegos de azar. Hay personas con talento para ver a la velocidad de un rayo lo que a nosotros nos costaría un lustro. Por eso son genios, y por eso ellos triunfan y tú no.


No hay comentarios:

Publicar un comentario