El jugador de apuestas deportivas. Una conciencia de ludópata con vocación de millonario.
A las apuestas deportivas igual que en los juegos de azar en general acuden todos aquellos que queremos ganar dinero rápido y fácil. Pero poco tardamos en darnos cuenta que el dinero fácil no existe y por eso la inmensa mayoría lo perdemos a espuertas.
Quienes nos hallamos dentro de este perfil solemos ser gente con escasa capacidad para controlar nuestras emociones e impulsos. Somos de mentalidad débil, impacientes, lo queremos todo ya, y en definitiva somos cortoplacistas.
Tenemos tendencia a pensar que cuando el juego nos falla es porque está trucado o porque nos falta formación. Y no es así. Es más sencillo que todo eso.
De un lado si hay alguien que se engaña es el jugador a sí ti mismo, pues no quieres aceptar que éste es un mercado muy difícil, donde tienes que competir con futuribles que son imposibles de predecir. Sólo una bola de cristal de funcionamiento contrastado podría ayudarte a evitar la ruina.
De otro lado tenemos lo de la falta de formación que en mi opinión es la excusa de los idiotas pues, si te faltaba formación ¿Cómo es que te metiste a jugarte tu dinero en un mundo donde tenías poca o ninguna idea? ¿Te tirarías a una piscina con los ojos vendados sin saber primero si hay agua en ella?
El juego no te engaña por mucho que quieras echarle la culpa de tus desdichas. De hecho el juego es de los negocios más limpios que existen, con unas reglas simples y básicas hechas para tontos que no necesitan engañarte para desplumarte. Basta con que seas tú mismo y hagas la clásica apuesta del todo o nada para terminar con un bonito game over.
Los telepredicadores de la red.
Los profesionales de verdad existen, pero a esos no los verás en la red haciendo vídeos.
La red está llena de telepredicadores de las apuestas, que saben mucho de la palabra pero no de las apuestas, pues si realmente fueran profesionales se dedicarían a ello y no les verías en un vídeo promocionándose. Ver esos canales está bien para el entretenimiento o para aumentar tu autoestima, pero no para aprender a apostar. Desconfía de aquellos que tienen un canal en Youtube y dicen ser profesionales.
Los profesionales de verdad no necesitan hacer exhibición de su calidad como apostantes a través de la red ni vender cursos. Y mucho menos si dicen tacos e insultan a quienes le hacen la competencia, llamándoles incluso hijos de .... como he visto y oído a alguno por ahí.
Por cierto que no entiendo como Youtube permite semejante lenguaje ¿No habíamos quedado que hablar mal de alguien era delito de odio y contraviene las normas de la plataforma?
Una cosa es saber jugar al ajedrez y otra bien distinta saber como mover las fichas.
Porque tú puedes saber todo cuanto hay que saber sobre el ajedrez: su historia, los mejores jugadores, las estrategias y en qué consiste saber jugar. Pero lo que es saber jugar es algo con lo que se nace y no se puede cultivar salvo que se tenga talento para ello.
Me sorprende muchos telepredicadores que titulan el vídeo bajo el nombre de cómo ganar en las apuestas, pero una vez que entras sólo te explican los conceptos que se manejan en las apuestas como Bank o Stake. Vamos a ver, señor, que todo eso que usted explica ya lo sé. Lo que quiero saber es cómo puñetas ganar en las apuestas!!! Quiero que me diga una estrategia efectiva con la que ganar, caray!!!
Los profesionales de verdad.
Los profesionales no están en la red. Porque una de las principales características de los profesionales es la discreción.
Aquellos que como yo tienen un canal en Youtube no somos profesionales sino simples aficionados como tú que juegan para ver si tienen suerte y ganan algo de dinero.
Y cuando te topes con un tipo que aparece en un canal y te dice que es o fue profesional de las apuestas, desconfía porque ya conoces el refrán, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. El profesional de verdad jamás te dirá que lo es de manera pública y sin conocerte de nada. Tampoco necesitará impartir cursos, pues quien lo hace es un simple quiero y no puedo.
Si quieres ganar dinero con esto mejor no juegues al modo live.
El juego en vivo está bien para pasar el rato, pero no es práctico a la hora de una operativa que pretende ser profesional. Perderás mucho tiempo y te dejarás llevar por tus emociones. Mirar una pantalla todo el rato no cambiará el destino del encuentro. Será lo que tenga que ser.
Apuestas deportivas ¿profesión o una oferta de ocio?
Tómate las apuestas como una inversión o como diversión, pero no de ambas formas pues es incompatible.
El negocio es tal cuando resulta aburrido y poco emocionante.
Cuando exista una rutina de ganancias y aquello te empiece a parecer aburrido querrá decir que vas por el buen camino. Si la mayor parte del tiempo estás implorando a que se produzca el resultado deseado querrá decir que vas mal pues lo estás delegando todo a la buena suerte.
La mejor estrategia es jugar a baterías de apuestas a eventos no celebrados.
Utiliza apuestas en grupos de diez o veinte unidades por vez, y a ser posibles que sean correlativas en tiempo. No hace falta que lleves una contabilidad exhaustiva de cual acertaste y cual no. Basta con que observes la tendencia de tu operativa, analizando si tras consumarse todas las apuestas el saldo final superó o no al inicial invertido. Tendrás altos y bajos, pero lo importante es que la tendencia que marque sea ascendente, no perforando soportes y rompiendo resistencias al alza. Si la tendencia es positiva querrá decir que tu operativa funciona.
Apostar al todo o nada, una clara señal de que llevas la palabra perdedor grabada en la frente.
Si tras perder dos o tres veces decides hacer la gansada de realizar una apuesta fuera de rango, a lo bestia para recuperar todo lo perdido, querrá decir que no sabes controlar tus impulsos y que por tanto eres un peligro para tu cartera. Deja de jugar a las apuestas.
Conocer las reglas del juego no es sinónimo de saber apostar.
En el ajedrez una cosa es saber mover las fichas y otra bien distinta saber jugar. En las apuestas no hay que confundir el conocimiento de las reglas con el saber apostar. Para lo primero basta ser un poco listo, pero para lo segundo hay que tener un talento natural con el que se nace. Si lo intentaste varias veces y siempre perdiste querrá decir que no sirves para dedicarte a las apuestas. Serás toda tu vida un aficionado pero no un profesional. Te lo dice un aficionado. Y si tienes el don de la palabra y te gusta aladear de lo bueno que eres en las apuestas, pues hazte telepredicador.
La búsqueda del valor en las apuestas: menuda chorrada.
El mejor tipster que existe es el Mercado de Apostantes, que es quien establece las probabilidades y con ello define las cuotas. En las cuotas está refundida toda la estadística y hechos relevantes que giran en torno a un evento. El Mercado va siempre cinco pasos por delante tuya por lo que cualquier intento de superarle en conocimientos será una estupidez, además de una pérdida de tiempo.
Por eso la búsqueda del valor en las apuestas, entendiendo como tal una cuota cuya probabilidad es superior a la indicada por el Mercado, es un contrasentido, pues el valor más preciso es el que marca la cuota de mercado. Déjate llevar por el Mercado y tendrás una posibilidad de éxito. Juega a ser Dios, intentando ser mejor que el propio mercado y sólo conseguirás perder el tiempo, y con ello tu dinero. Sé que los telepredicadores te contarán lo contrario, pero eso ocurre porque ellos juegan a ser Dios cuando son simples mortales como tú o como yo.
El Mercado nunca se equivoca.
Porque como he dicho en más de una ocasión después de él sólo queda Dios. Si en una apuesta binaria, de dos opciones, el Mercado vaticinaba un 80% a favor de que ocurría y al final el suceso no ocurre, eso no quiere decir que el Mercado se haya equivocado, sino que acertó el otro 20%. Digamos entonces que se equivocó el 80% pero no en el 20% restante.
Si no tienes aspiraciones profesionales juega para divertirte.
De entre toda la oferta de ocio, las apuesta deportivas quizás son las que te brindan mayor emoción por lo inesperado de sus resultados, que a menudo difieren de las expectativas previstas por el mercado. Además te permite jugar con unos mínimos de apuesta que no suponen un agujero en tu bolsillo.
Recuerda que lo que hace emocionante al juego no es el hecho de ganar dinero, sino la posibilidad de perderlo. Si tuvieses la seguridad al 100% de que vas a ganar siempre ¿Realmente crees que sería emocionante?