Ayer perdí todo mi fondo de apuestas por hacer el idiota ¿Os suena?
Ayer perdí 20 pavos por hacer el idiota.
Y digo bien, ayer perdí 20 pavos en las apuestas deportivas por hacer el idiota.
Supongo que esto que os voy a contar os sonará a todos un poco. Resulta que iba yo ganando con mi estrategia de apostar al under 0,5 over 1,5 de la primera parte, pero mira por donde el juego se me torció tres veces seguidas, y por querer conseguir recuperarme de manera rápida, pues lancé un órdago en un partido, apostando todo mi fondo a una apuesta over.
Lo peor es que me salió bien, lo cual hizo que mi cerebro se emborrachase de euforia, pensando que ya era el puto amo y que si lo hacía una próxima vez, también me saldría bien.
Y no me equivoqué, pues me volvió a salir bien.
A pesar a la larga experiencia que tengo en las apuestas deportivas, cometí el primer error que jamás debe cometer el apostador deportivo, y es la de abandonar la disciplina de juego, dejarte llevar por la alegría del momento y convertirte en un impaciente de cojones, de esos que quiere ganarlo todo rápido y de una vez.
La consecuencia no se hizo esperar. Aposté una tercera vez con la lo que tenía a una apuesta "segura", de esas que son "imposibles de fallar", pero fallé y perdí.
Me entró la consecuente ataque de rabia, y volví a apostar la otra mitad, el resto que me quedaba, a otra apuesta, pero esta vez no tan segura pues "tenía que apostar a una cuota alta para recuperar todo lo perdido".
Volví a perder, pero esta vez mi saldo se quedó a cero patatero.
Como digo no supuso una ruina pues fueron 20 pavos. Pero quiero que entendáis que si esto lo trasladamos a un juego profesional de varios miles de euros los podía haber perdido también.
Por eso yo no soy profesional de las apuestas deportivas. Y no puedo serlo, no porque desconozca la teoría del juego, la cual conozco muy bien, sino porque resulta que la presión psicológica me puede y mi tendencia natural es la de hacer lo que no debo hacer más temprano que tarde.
Si al escuchar esto es como si os estuvierais mirando al espejo, habéis acertado: vosotros tampoco estáis hechos para esto de las apuestas. Y eso amigos, no se cura con terapia, porque se lleva implícito en vuestro cerebro como un chip de fábrica. Por más que lo intentéis, no podréis luchar contra vuestro adn.
Porque si llego a continuar con mi técnica del pasito a pasito, céntimo a céntimo, aun hoy seguiría con mis 20 pavos, con sus fluctuaciones de pérdidas y ganancias, y no os estaría contando mis penas, medio llorando apoyado en la barra de un bar mientras me tomo un cubata ya medio ebrio.
Eso pasa por no tener paciencia y ser codicioso, y como el refrán dice, la codicia rompe el saco. En el caso de las apuestas, la codicia te hace perder. Es el maldito problema que tenemos todos aquellos que somos ludópatas sin querer reconocer que lo somos, que no sabemos llevar un control del juego, y mucho menos autocontrolarnos.
Así que mi consejo de amigo es que si tú observas que no sabes controlarte, mejor ni te acerques al juego, porque lo más seguro es que al final te verás envuelto en una vorágine de euforia o rabia que te harán perder el norte de donde estás y a lo que estás, y de paso perder todo tu fondo.
Pero si tu te consideras un tipo que sabe controlarte, y que por tanto haces el idiota las veces justas y necesarias, pues te invito a que practiques una técnica tan vieja como el de la progresión aritmética con el under 0,5 u over 1,5 de la primera parte.
Sigue la progresión de apuestas 1, 2, 3, 4, 5, ..... n y al final terminarás ganando. Sigue la progresión del imbécil, esa que consiste en lanzar órdagos con todo lo que tienes para compensar las pérdidas y al final perderás todo tu cash, y volverás a preguntarte ante el espejo "por qué tuve que hacerlo cuando no había ninguna necesidad...". Son lamentaciones de perdedor.
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